PESTAÑAS

MIRADORES

En éste apartado vamos a tomar en cuenta los miradores que podemos encontrar en la provincia de Almería.
Los miradores suelen tener un lugar bien situado para contemplar o bien paisajes o bien un acontecimiento.

En nuestra provincia podemos encontrar:

      LAS AMOLADERAS:
Ofrece una amplia vista hacia el interior, que sorprende por la variedad de ecosistemas representados. En primer plano aparecen las pitas, originarias de América Central. Después, la Rambla de Amoladeras, un cauce de corrientes torrenciales y esporádicas.

A continuación se extiende el bosque almohadillado que forma el azufaifar, uno de los más extensos y mejor conservados. Este arbusto espinos está adaptado para aprovechar el agua mediante sus espinas y largas raíces, que absorben agua a gran profundidad. Su entramado de ramas actúa como una esponja, conservando la humedad y reduciendo la evaporación por los vientos o el sol.

Pero también este entramado da cobijo a numerosas especies vegetales (hasta 50 plantas dentro de una sola mata de azufaifo) y animales. Muchas aves, el lagarto ocelado y algunos mamíferos se alimentan de su fruto, una drupa muy nutritiva, contribuyendo a la vez a la diseminación del azufaifar.

Al fondo, se vislumbra la Sierra de Gádor e incluso parte de la ciudad de Almería.

Cómo llegar: Desde Almería, por la N-344 sentido Murcia, tomamos la salida de El Alquián, hasta la barriada de Retamar. Desde aquí, por la carretera AL-3115, que nos comunica con la población de Pujaire, y en el km 6, inmediatamente después de cruzar la rambla de Las Amoladeras, y antes del centro de visitantes de Las Amoladeras se encuentra el acceso al mirador. A unos 100 de la carretera encontraremos el aparcamiento que nos dirige rápidamente al mirador.

               AMATISTA: 
Al fondo resalta el Pico de los Frailes, el más alto del parque con casi 500 metros, que curiosamente es el resto de un antiguo volcán. También es llamado las Teticas o Hermanicas, al estar formado por dos picos casi gemelos. Muchos otros nombres peculiares salpican el territorio, fruto de los caprichosos relieves volcánicos y la imaginación de navegantes y lugareños.


En éste árido paisaje subdesértico, de escasa lluvia, el palmital del primer plano contrasta con el oscuro sustrato volcánico. Gracias a la humedad del mar y las nieblas marinas, se mantiene junto con otras plantas como cornicabras, acebuches y lentiscos.

Este mirador da la oportunidad de contemplar un bello paisaje costero: Sierras que se adentran en un mar y un cielo azul intensos. Y es que Cabo de Gata-Nijar ostenta ser el primer parque marítimo-terrestre declarado en Andalucía.

Además, la zona cuenta con abruptos acantilados de hasta 200 metros, playas vírgenes, salinas y arrecifes.

            LAS SIRENAS:
Este equipamiento muestra el arrecife de las Sirenas y los acantilados de la zona, coronados por el faro de Cabo de Gata y el castillo.

Este arrecife, bello enclave muy visitado, es realmente el resto de una antigua chimenea volcánica. Probablemente recibe su nombre por una colonia de focas monje, que los pescadores de la zona llamaban sirenas o lobos marinos. Este mamífero, en peligro crítico de extinción en todo el Mediterráneo, habitó en esta costa hasta mediados del siglo XX.

El acantilado del Morrón Cabo de Gata es el punto más suroriental de la Península. Con muchos nombres durante su historia, el de Promontorio de las Ágatas (por la presencia de piedras semipreciosas) pudo originar la denominación de Cabo de Gata en el siglo XIV.

El faro se levantó en 1863 sobre el patio del castillo San Francisco de Paula, que defendía el Reino de Granada. Un cristal del faro, de color rojo, señala con un haz de luz una roca poco profunda. La Laja del Cabo, causante de muchos naufragios.


Señalización interpretativa: Mirador de la Sirenas ; Disyunciones Punta Baja

       ISLETA DEL MORO:
Este equipamiento muestra el arrecife de las Sirenas y los acantilados de la zona, coronados por el faro de Cabo de Gata y el castillo.

Este arrecife, bello enclave muy visitado, es realmente el resto de una antigua chimenea volcánica. Probablemente recibe su nombre por una colonia de focas monje, que los pescadores de la zona llamaban sirenas o lobos marinos. Este mamífero, en peligro crítico de extinción en todo el Mediterráneo, habitó en esta costa hasta mediados del siglo XX.

El acantilado del Morrón Cabo de Gata es el punto más suroriental de la Península. Con muchos nombres durante su historia, el de Promontorio de las Ágatas (por la presencia de piedras semipreciosas) pudo originar la denominación de Cabo de Gata en el siglo XIV.

El faro se levantó en 1863 sobre el patio del castillo San Francisco de Paula, que defendía el Reino de Granada. Un cristal del faro, de color rojo, señala con un haz de luz una roca poco profunda. La Laja del Cabo, causante de muchos naufragios.


PUNTA DE LOS MUERTOS:
Esta panorámica muestra el esplendor del paisaje costero, con sus montañas, acantilados y, como no, la playa, una de las más extensas del Parque Natural Cabo de Gata-Níjar.

El nombre de Punta de los Muertos responde al surgimiento de los fallecidos en los naufragios, arrastrados aquí por las corrientes dominantes. El oscuro material volcánico de la punta hacía más tétrico el espectáculo.

Estos materiales volcánicos, de 9 a 16 millones de años de antigüedad, contrastan con la excepcional arena blanca de la playa y las rocas desde el mirador hasta la Central Térmica de Carboneras. Éstas corresponden a sedimentos que un día estuvieron bajo el mar y se mezclaron restos de moluscos, algas y otros organismos. Por ello, reciben el nombre de arenas bioclásticas.

La famosa playa, una cala de aguas turquesas transparentes, marca su entrada con dos moles volcánicas desprendidas de los acantilados. Respecto al nombre de Carboneras, proviene del carboneo, oficio practicado desde antiguo y que conllevó la desaparición del bosque autóctono.